lunes, 3 de junio de 2013

Sin título.

Y de repente, te pierdo. 
Y me pierdo.
Me enciendo un cigarro, exhalo humo y te sigo buscando.
 Nada, ni rastro de ti. 
Tampoco estás al otro lado de la cama.
 Me levanto descalza y salgo al balcón de mi habitación. 
 Aparto las cortinas blancas impregnadas en humo.
 Nada, sigues sin aparecer.
 Se me ocurre preguntarle a la luna si sabe de tu paradero, pero no responde. Ella, que parecía sernos fiel cada noche. Ella, que había sido testigo de lo nuestro. De todo.
 La miro de nuevo y veo que poco a poco se va apagando. Al igual que tú, creo que pretende desaparecer.
Y entonces abro los ojos. De nuevo soñando que te pierdo.


Pero lo pienso y…

¿Es posible perder algo que nunca has poseído?

No hay comentarios:

Publicar un comentario